Adoptar una cultura de consumo sostenible exige superar una brecha a la acción en dos tiempos: primero hay que romper con hábitos, ideologías y sesgos que nos hacen resistirnos al esfuerzo que exige la sostenibilidad, y en segundo lugar es necesario un entorno de oferta de productos, servicios e información que coloque esos productos sostenibles en un lugar atractivo y de fácil acceso a una mayoría.